Diario de abordo
No tengo prisa, nunca la he tenido, es cierto... mi vida sigue el rumbo que siempre ha seguido, nunca he cogido ningún atajo y nunca he apretado el acelerador más de la cuenta... será que tal vez me de cuenta de que tampoco tengo un lugar de destino fijo, ni nadie que me espere en ningún lugar con los brazos abiertos ni con la frecuéncia que a mi me gustaria.
Sigo caminando a mi velocidad, quizá sea esta la explicación de porqué todo me llega siempre tan tarde... aunque cabe decir que no con menos intensidad (y espero que ciertas cosas que estan aún por llegar no pierdan su intensidad habitual). El caso es que me pregunto repetidas veces cuando veo partir un tren si realmente tendria que haber corrido más esta vez para cogerlo o si por el contrario he vuelto a elegir correctamente... Lo que si tengo claro es que no me arrepiento de nada excepto de que me voy dando cuenta, poco a poco, de que soy demasiado buen tipo incluso para mi gusto.